diumenge, 10 de setembre del 2017

Pou de L'Encantament. Altafulla


Para el jueves 24.08.2017 la asistencia sigue siendo escasa, pero no quiero perder un jueves sin salir, así que será una salida "unipersonal". Elijo una cavidad que no esté publicada por el Espeleodijous y que no parece que tenga dificultad -como así fue-, el Pou de L'Encantament en Altafulla.

Situación.

 
La aproximación en coche es sencilla pues tanto la autopista como la carretera general, que enlazan Barcelona con Tarragona, pasan muy cerca.

Itinerario a pie

Y el tramo a pie también es fácil, dejando el vehículo en el aparcamiento de la Ermita de Sant Antoni de Pàdua, en un corto paseo se llega a la sima.

La boca está en medio del sendero y si su boca no estuviera protegida más de un caminante tendría un disgusto.

En la actualidad una rejilla, atornillada al suelo con seis tacos (cabezas de 13 y 17mm), proteje perféctamente la entrada. Uno de los tacos hace las veces de gozne y sirvió para anclar la cuerda.


Aunque esta rejilla lleva muy poco tiempo, el polvo que dejó el taladro al hacer los agujeros, todavía está presente.

La cavidad.  


La boca es estrecha y -cuando va uno sólo- todas las precauciones son pocas, de ahí el estribo. En realidad hay muchos apoyos para los pies y el estribo es innecesario, se entra y se sale con facilidad.

La anchura de la cueva es bastante homogénea, una grieta como de un metro de ancha en la que la pared de la derecha es el espejo de la de la izquierda, como podemos ver en la foto siguiente.


Cuando no hay una compañera o compañero que haga de "modelo", las fotografías quedan sin perspectiva, no se sabe si lo que vemos tiene 20 metros o 20 centímetros.


Una simple cuerda ya da una idea de las dimensiones de la grieta.


En las últimas semanas hemos encontrado las formaciones próximas a las entradas con un déficit importante de agua que afectan negativamente a la consistencia de dichas formaciones.


En profundidad, la situación se corrige y aparecen espeleotemas coraloides pero un tanto particulares, como veremos más adelante.

Restos óseos.

La cueva es pequeña y no tardo en llegar al fondo, donde encuentro los esqueletos de dos perros.


La coloración del más pequeño indica que es relativamente reciente, se trata de un perro de morro corto (braquicéfalo, tipo coker o similar).





El segundo cráneo, mucho más mineralizado y con signos de mayor antiguedad, deduzco que pertenece a un gran perro domestico (por el estado de su hueso húmero).



Salta a la vista la importante fractura que sufrió el animal y de la que consiguió recuperarse.
Los cóndilos están desalineados de su eje, lo que repercutiría en una importante cojera y las excrecencias óseas seguramente causaban fuertes dolores al animal, sólo un animal doméstico que no tuviera que preocuparse por su comida -al menos durante su recuperación, que sería larga- podría sobrevivir en esas circunstancias.



  Espeleotemas.


Grieta final que marca la zona penetrable, justo encima de mi cabeza había una formación -sin duda de gran belleza- a la que le habían sido arrancadas todas las estalactitas.


Han sido expoliadas de forma metódica, desde la raiz y sin dejar ninguna. No hay restos rotos en el suelo, han sido arrancadas para extraerlas.

La gente no sabe que las cuevas -y particularmente las estalactitas- están "geológicamente" vivas.
Lo mismo que las formaciones próximas a la entrada, que están faltas de agua y aparecen como "enfermas", las estalactitas, al arrancarlas, "mueren" y en pocos días desaparece la belleza con la que nos admiraba en la cueva, es absurdo arrancarlas.


A pesar de que han desaparecido las pocas estalactitas que había, la cueva tiene cierto interés y no le falta belleza.


Algunas formaciones parecían micro-gours al primer vistazo, pero han debido desarrollarse en un ambiente de subidas y bajadas frecuentes del nivel freático y en vez de paredes verticales se han formado una especie de finos labios.



Lo que más abunda son unos coraloides que, por el tamaño de algunos, definiría como colifloriformes.
La punta de la bota, sirve como referencia del tamaño, aunque los había más grandes.

   Fauna troglófila.

En la base del primer pozo, alimentandose de la materia orgánica que cae por la boca, aparecian los típicos insectos que se defienden de los calores estivales entrando en las cavernas.



No faltaban los opiliones.

 Protección de la entrada.


De nuevo en el exterior, toca dejar  el cierre como estaba.

  Avenc petit de L'Encantament.

  Apenas a diez metros al NO del Pou de L'Encantament, se encuentra otra cavidad más pequeña, el Avenc petit de L'Encantament con la boca protegida con un palé.

Sus reducidad dimensiones y escasas perspectivas, me animaron a no pasar de la entrada.



Resumen.

El Pou de L'Encantament, a pesar de sus reducidas dimensiones conserva huellas geológicas interesantes. Es destacable la abundancia de coraliformes en la mitad inferior de la sima y los originales pseudo.gours del fondo.

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